Comunicación efectiva para una marca

En muchas ocasiones, cuando una marca se dispone a dar mensajes para los demás, no se piensa realmente qué quiere su audiencia objetivo.

¿Qué se suele hacer? 

Pues haces un copy  maravilloso mostrando la excelente característica de producto que tienes, la impresionante experiencia que tiene la empresa y los fascinantes atributos de identidad de marca. ¿Es así habitualmente o no?

Y no solo eso, también es habitual caer en las comparaciones (indirectas) a la competencia. ¿Qué otros mensajes se dicen? Lo típico:

Yo… mejor…. 

Yo…más nuevo… 

Yo… calidad…

Yo… innovación…

Ahora pensemos en quién va a recibir eso, el verdadero receptor del mensaje. 

Lo más probable es que sea alguien que desconoce la gran mayoría de características de marca y producto. Que le da igual quién eres y qué ofreces. Solo busca una solución a su problema. ¿Qué es lo que querrá escuchar?

Probablemente menos “yo” y más:

-Si optas por este producto, no vas a cagarla, no vas a tener que preocuparte

-No te voy a dar problemas

-Tu entorno te verá como alguien interesante, por tu buen criterio

-Si compras esto, no será una acción aburrida, pasarás un buen rato

Diferente, no? Entonces, ¿por qué damos la chapa con copys tan irrelevantes?

Qué aprender del postureo

Hay que aprender del postureo y de las marcas de moda.

Una de las cosas que más me gusta del mundo de la moda y el lujo es el potencial que tienen estas marcas para vender una emoción. Por eso hace años decidí estudiar un máster en administración de empresas de lujo y moda.

Lo que genera en la gente es unas ganas terribles de ser esa persona que deseamos ser. 

Hablamos de éxito, glamour, prestigio, tener criterio, que nos admiren… 

¿Quién no quiere de vez en cuando sentir esa emoción?

En muchos casos, conseguir ese éxito, prestigio o reconocimiento está fuera de nuestro control; pero lo que sí está en nuestras manos es sentir esas emociones. 

¿Cómo? Con postureo. Ropa, complementos, estilo de vida…. Y ahí es donde entran en juego estas grandes marcas.

Nos venden artículos de lujo, sí; pero no sólo eso.

Nos venden el poder ser lo que queremos ser. Una ilusión. Un estilo de vida, una forma de ser y una forma de ver el mundo. Queremos esa emoción y creemos que comprando sus productos lo conseguiremos. 

¿Estás de acuerdo?

La necesidad emocional que satisfaces

TOPICAZO: “Debes darle una solución a tu cliente”.

Muchas veces en marketing y manuales o blogs de copy-paste de por ahí se dice que debes dar una solución a la necesidad de tu cliente; pero no se profundiza bien en lo que debemos ofrecer. 

Una “solución” es algo muy poco humano, demasiado racional. Si profundizas más verás que hablan de las 4 P’s del Marketing, o incluso en 8 P’s o 12… (Yo ya he perdido la cuenta, la verdad). 

Todo eso son teorías que hacen refritos de hace mucho tiempo. 

Chorradas. Lo que debes hacer es averiguar cuál es la necesidad emocional de tu clientela potencial. 

Quiero dejarlo claro: No me refiero a lo que dice que quiere o lo que pensamos que necesita, lo que emocionalmente desea.

Debes resolver una emoción, una sensación que quiere conseguir y lo hará con tu producto, con el de tu competencia o incluso con algo que no tiene que ver con tu categoría/sector pq estará buscando satisfacer una emoción, conseguir un anhelo.

Por ejemplo:

Estás trabajando en la oficina, llevas muchas horas y quieres darte un descanso. ¿Qué buscarás? Hay muchos productos, servicios o experiencias para eso. 

Te servirá tomar una tila, un café, una Coca-cola, un cigarro, charlar con amigos, una siesta o incluso dar un paseo.

Diferentes opciones, incluso algunas contradictorias con el descanso (café? Cola?) pero todas satisfacen la necesidad emocional de querer descansar, desconectar de eso. 

Por lo tanto, usar los tópicos de marketing pueden llevarnos a hacer lo que no desea al 100% nuestro target

Ahora el debate de verdad: 

¿Qué necesidad emocional crees tú que satisfaces?

No sueltes la chapa

Comunicación efectiva: NO SUELTES LA CHAPA.

En muchas ocasiones, cuando nos disponemos a dar mensajes para los demás, no pensamos qué quiere nuestra verdadera audiencia objetivo.

Veámoslo con un ejemplo: apuntarte a una oferta de trabajo que has visto que te interesa.

¿Qué se suele hacer en un proceso de selección como candidato? 

Pues haces un CV maravilloso mostrando la excelente formación que tienes, la impresionante experiencia que has conseguido y las fascinantes habilidades que complementan tu perfil con el cargo. 

¿o no?

Y no solo eso, también es habitual adjuntar junto con el CV (que ya es densito de coj***s) una carta de motivación explicando por qué crees tú que eres el mejor candidato para el puesto. 

Claro, ¿qué dices ahí? Lo típico:

Yo… mejor…. 

Yo… experiencia… 

Yo… valores…

Ahora pensemos en quién va a recibir eso, el verdadero receptor del mensaje. 

Lo más probable es que sea alguien de RRHH, que desconoce la gran mayoría de tecnicismos de tu puesto, así como las necesidades prácticas del día a día para el mismo. 

¿Qué es lo que querrá escuchar?

Probablemente menos “yo” y más:

-Si me eliges a mí no vas a cagarla

-No te voy a dar problemas

-Tu jefe estará contento por tu buen ojo

-Soy una persona interesante, tendrás ganas de conocerme 

-Si me entrevistas, no será una charla aburrida, pasarás un buen rato

Diferente, ¿no?

Debes comunicar tu identidad, quién eres

Mi trabajo consiste muchas veces en ayudar a que las personas o las marcas comuniquen mejor. Pero antes de comunicar, debes tener en cuenta una cosa primordial:

Debes saber bien quién eres, tener clara tu identidad.

De lo contrario, costará decir algo que llegue a tu audiencia

Algunas ideas…

Lo primero, ¿desde dónde vas a hablar? 

¿Desde lo que ofreces? 

Deberá ser algo muy bueno; porque si no tienes tu identidad definida, lo podrá copiar cualquiera.

O si no, vas a hablar desde el mensaje en sí? ¿Desde lo que dices? 

Tendrá que ser muy llamativo; pero no será creíble si tu no lo representas. No tienes que ser 100%, pero unos mínimos. 

Yo veo cada vendehumos en anuncios de Youtube que se nota tan cartón piedra…

Otra, ¿y si hablas desde a quién te diriges? Aquello de dar un mensaje relevante a tu target. 

Será alguien interesante; pero no le llamarás la atención tú… Esto es como en el instituto, si no era cool, pasas desapercibido.

Identidad…

Antes de comunicar, debes tener clara tu identidad y tener un punto de vista personal sobre lo que te rodea. 

Desde ahí comunicarás mejor.

¿Por qué ‘desaparecen’ marcas que fueron relevantes?

Uno de los problemas más comunes al crear una marca: La marca funciona bien y luego desaparece.

¿Por qué?  

¿Qué suele pasar?

1, Alguien crea un proyecto.

2, Ese proyecto se basa en un producto o servicio.

3, Se crea la marca para vender lo que sea que ofrezca.

4, Se consigue un cierto éxito.

Y claro, luego…

5, El producto o servicio pierde demanda o pasa de moda.

6, La marca está desactualizada, no conecta con el mercado.

7, Desaparece marca, proyecto o se enreda en un bucle haciendo push en exceso con lo que ofrecía 

¿Qué falla?

La marca acaba desactualizada porque se basó en exceso en ese único producto o servicio.

En general, es bueno que la marca tenga un valor por sí misma, que no sea dependiente de lo que venda; de lo contrario, esa marca tendrá un recorrido muy corto en tiempo y en relevancia, tanto como lo tenga el producto (además que será difícil tener éxito con otro nuevo).

Si la marca no es más general y no tiene un valor por sí misma, será difícil que bajo ese paraguas ofrezca algo diferente sin perder credibilidad y autenticidad.

Define bien tu marca, es tu identidad y seguro para el futuro.

¿Cómo mostrar tu marca como algo bueno?

¿Cómo mostrar tu marca, producto o persona como algo bueno e interesante aunque no tengas pruebas? 

Fácil: Diciendo que mucha gente ya piensa que eso es así. Y tiras pa’lante…

O sea, más claramente: hay que hacer ver que la gente está contenta contigo incluso sin ser verdad…

Efectivamente. Es una pequeña técnica de manipulación y se usa constantemente.

Estamos hablando de una argumentación ad populum o falacia populista. 

Por lo tanto:

¿Cómo dar un mensaje sin tener evidencia? 

Decir que es la opinión de la gente y ya. 

¯\_(ツ)_/¯

Ejemplos:

“Esta cantante es muy buena, tiene muchos fans”

“Compraré este producto, su marca es la líder del mercado”

“Si tanta gente opina esto… Será cierto”

¿Te suena? Seguro que has visto algo así de vez en cuando en marcas y muchas veces en política…

Debes dar una afirmación respaldándola con la supuesta validación de la gente en general, en lugar de características objetivas claramente medibles.

Dices algo bueno de ti; pero no lo dices tú, lo dicen los demás (guiño, guiño).

Mola, porque afirma una premisa que se desconoce 

**¿esa cantante es buena o mala bajo qué criterio?**

y además se le da autoridad a un supuesto criterio que tiene la opinión mayoritaria (como si eso fuera tan sencillo de afirmar).

Hay marcas que usan encuestas o dicen lo de 9 de cada 10 dentistas…

Si se hace una encuesta de verdad, no está mal; sólo que en el fondo, si lo piensas, depende de qué cosas, nada valida un razonamiento solo porque “la mayoría” lo crea. Y si encima te lo inventas, pues…

Usando esta técnica de argumentación, sea cierto o no, darás por hecho que la opinión general tiene autoridad y validará tu propuesta.

Ejemplo de vender «ser mejor que los demás»

Hoy vamos a ver un pequeño ejemplo de cómo puede ser bueno crear una sensación a tu potencial cliente de “YO SOY MEJOR QUE LOS DEMÁS”. 

Veamos una marca de joyas: ANH jewelry.

Más allá de los diseños que tiene, que están espectaculares, quedémonos con su mensaje al ver su perfil de Instagram:

“My corner of the world where I can break the rules ✨
Handmade in Brooklyn by @albanavarrohierro”

Está genial; porque da valor en quién llega a interesarse por sus productos. 

Lo que vende con ese mensaje ya no es un producto o diseño determinado, es la sensación que puede experimentar su potencial cliente.

Esa persona interesada puede pensar que es alguien, que sabe de diseño o mejor todavía, que esa persona es “mejor” que los demás, al sentirse más lista, hábil o especial al descubrir la marca. 

Me explico:

Me imagino la conversación q podría tener esa persona q ha comprado una d las joyas de ANH con alguien q le pregunte:

-Qué pendientes más bonitos, d donde son?

-Te gustan? Son unas joyas especiales, son de Brooklyn, ojo, una marca q solo pocos conocen

-Ya me pasarás el contacto…

Vale, sí, he simplificado mucho y le faltaría un poco más de dramatización a la charla; pero ¿se entiende la idea? 

Se ha vendido una experiencia. Esa persona se siente que ha subido de alguna forma en su posición social. Ella es más inteligente que el resto.

Esta marca es interesante porque muestra cómo apalancarse en el valor de la consumidora como experta o buscadora de “tesoros” sentirse “Smart”. Son joyas de Brooklyn, ojo, una marca que nadie conoce…

https://www.instagram.com/anhjewelry/

¿Cuál es mi posicionamiento de marca?

O más bien, ¿cuál es tu posicionamiento de marca? 

Quieras o no, lo tienes.

Cuando uno tiene una marca, por mucho o poco que la hayas trabajado, tienes que pensar en tu posicionamiento y eso se traduce en: ¿Dónde te coloca la gente en su mente cuando piensan en ti?

Cuando hablamos de lo que tiene la gente en su mente se denomina imagen de marca y, una cosa es lo que tú creas de ti (posicionamiento) y otra es lo que transmites. Hay que jugar con todos los elementos que ayuden a crear la idea:

-El nombre

-El logo (si aplica)

-Tu imagen, colores o incluso cómo vistes

-Los mensajes q das, qué dices

-Cómo transmites tus ideas, el tono, la frecuencia…

Todo esto ayuda a que los demás tengamos una idea de ti. Y eso, además, no depende sólo de lo que tu haces, también de qué forma tenga de ver el mundo la otra persona. Prejuicios, nivel de comprensión…

Ahora bien, debes trabajar la parte que tú puedes controlar.

El éxito estará en que seamos capaces, por un lado de estar presentes en la mente de la otra persona y de diferenciarnos significativamente del resto.

¿Necesitas ayuda para comunicar tu marca?

Es maravilloso cuando lo que quieres decir y lo que ha entendido la otra persona cuadra a la perfección. Cuando tienen una imagen de ti clara y reconocible, se acuerdan y te colocan en un lugar privilegiado de su mente. 

Pero…

¿Se entiende tu proyecto? 

¿Qué imagen estás dando? 

¿La idea con la que se queda tu audiencia es la que has escrito? 

¿En lugar de venderte demuestras tus puntos débiles? 

Es común, eh. No te pasa sólo a ti. Uno le pone ganas… pero cuesta. 

¿Y por qué pasa esto? 

Por nuestro cerebro q está muy desarrollado. 

Ojo, no es ironía. 

El cerebro evolucionó hacia la lógica y el pensamiento abstracto. Somos capaces d llegar a pensamiento complejos; pero oh, eso de comunicarlo… Se podría decir que tenemos un exceso de mente racional.

Siempre que tratamos de vender algo (en este caso a nosotros mismos o a nuestro trabajo), tendemos a hacerlo a lo fácil: 

Decimos los 4 datos que tenemos claros en nuestra mente; pero no pensamos en conectar emocionalmente con el otro. 

Tendemos a improvisar y hablamos sin una intención ni un hilo conductor claro.

Resultado? Los demás no saben dónde colocarnos.

Solemos replicar mensajes que hemos escuchado toda la vida: este bolígrafo es perfecto, tiene un color espectacular, funciona muy bien… 

Así nadie va a querer saber de ti. No conectas. 

Aquello que conecta con la gente está en la parte más animal de nuestro cerebro: las emociones. 

Por eso funcionan tan bien las historias (el storytelling que dicen algunos) y conectar con algo que despierte su corazón.

La clave de una buena comunicación es que sea sencilla, tenga un objetivo claro y sobre todo, que emocione.

Entonces, ¿necesitas ayuda? Prueba una sesión de consultoría estratégica conmigo de 1’5 horas.

Puedes contactarme por email, DM en redes sociales o en www.chakann.com, en contacto.