Infravaloramos la influencia de nuestro estado emocional

Infravaloramos la influencia de nuestro estado emocional cuando tomamos decisiones.

Hace muchos años, vi un reportaje sobre cómo un equipo de básquet trataba de aplicar la estrategia adecuada en un partido; pero no iba bien… 

Iban perdiendo y aprovechaban los tiempos muertos para mostrar gráficos, tácticas y cambiar la dinámica del partido…Sin embargo, los jugadores no lo asimilaban. Era como hablar en otro idioma.

Al acabar el partido, el entrenador explicaba al entrevistador:

“Cuando estás a ese nivel de revoluciones, con el corazón latiendo tan rápido, es imposible asimilar depende d qué información. Lo intentamos, pero cuesta…”.

Claro que cuesta. No es el estado emocional adecuado.

Es difícil porque el ser humano es «estado-dependiente». Es aquello que habremos vivido todos de no empatizar con un amigo/a que está muy alterado/a por una situación q le ha pasado. O cuando nos cuesta poner en perspectiva que una pareja no nos conviene porque estamos enamorados…

Esto es un sesgo cognitivo q tenemos y se llama la brecha de empatía frío-calor. 

Si estás en situación fría, no puedes conectar con mensajes muy emocionales; y si estás en un estado emocional alto (calor), te va a costar comprender información racional y compleja. 

¿Y ahora qué? Vas a hacer esa locura o esperas que se te pase el cabreo? 

Más información en https://es.wikipedia.org/wiki/Brecha_de_empat%C3%ADa

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